lunes, 31 de mayo de 2010

Clint Eastwood: el último clásico de Hollywood cumple 80 años

El mundo del cine está de enhorabuena, Clint Eastwood ha sumado hoy 80 primaveras, pero la palabra “retiro” no parece estar en su diccionario particular. Es más, si hace unos meses presentaba Invictus, ahora se encuentra inmerso en la producción del que será su primer thriller sobrenatural Hereafter (tengo especial curiosidad en cómo resultará); además de empezar a preparar otro nuevo 'biopic', en este caso de uno de los personajes más odiados y amados de la historia de los Estados Unidos, el que fuera jefe de FBI J. Edgar Hoover.

Por desgracia, todo hace pensar que posiblemente ya sólo disfrutaremos de su faceta como director y nunca más tendremos delante de la pantalla al eterno hombre duro. Me sabe especialmente mal porque no le hayan dado el Oscar al mejor actor en toda su historia y muchas veces se lo ha merecido con creces (la última en Gran Torino). Eso sí, su faceta como director le reporta más alegrías, aunque encuentro que precisamente Gran Torino fue injustamente olvidada en la ceremonia de los Oscar del año pasado.

Hay muchas cosas que me gustan de Clint Eastwood, pero una en especial: me fascina como convierte presuntos "argumentos de telefilme" en peliculones y ese es un don del que pocos pueden presumir. Eastwood nunca ha necesitado recurrir a la espectacularidad para hacer una buena película (para empezar no trabaja con grandes presupuestos). Él siempre prefiere la sencillez a la hora de contar historias, aunque detrás de esa simpleza se esconde un gran simbolismo –sus filmes están llenos de detalles dignos de interpretar-, además de compartir la mayoría de ellas temáticas más o menos recurrentes y críticas (especialmente habituales son la violencia y la religión).

Cualquier cosa que diga de uno de los mejores directores del mundo se quedaría corta, de la misma manera que no puedo esconder mi admiración por él. Desde aquí sólo puedo desear que tengamos entre nosotros muchos años más de Clint Eastwood. Aún tiene mucho que contar. Lo sé.

No hay comentarios: