domingo, 28 de marzo de 2010

Pagando el precio de las altas expectativas


Generar expectativas tiende a ser un arma de doble filo. Por un lado conlleva que mucha gente esté pendiente de ti, lo que en el mundo televisivo se traduce en audiencia; pero si el resultado no es el esperado, esto provoca decepción, lo que quiere decir inevitablemente una bajada de audiencia.

Flashforward es una serie que triunfó en sus primeros episodios precisamente por las expectativas que se habían creado ante su estreno. Muchos la calificaban como la sucesora de Lost, empezando posiblemente por la propia cadena que emite la serie en EE. UU, la ABC. Ante el inminente final de la serie de culto mundial, son muchos los estrenos de esta temporada a los que les han colgado la etiqueta de “sucesoras” (incluso a The Pacific y aún me pregunto el motivo) y no creo que les haya beneficiado demasiado. La peor parte desde luego se la ha llevado Flashforward. Sin haber visto aún la nueva tanda de episodios post parón, para mi Flashforward es una buena serie. No una obra maestra, evidentemente, puesto que tiene muchos fallos, el mayor para mi que en tan pocos episodios emitidos ya hubiera alguno “relleno”. Pero por lo demás es una buena serie policíaca que gira en torno a un misterio que se basa en que toda la población mundial se desmayara a la vez y viera su futuro. Y quizás lo único comparable a Lost es que sea una ficción de misterio y haya 'flashforwards'. Nada más. Es una serie que podría haberse vendido sin la dichosa etiqueta y que posiblemente no hubiera rebentado en audiencia en su episodio piloto, pero no hubiera habido la sensación de decepción de muchos espectadores que esperando ver “Lost 2”, se sintieron engañados (“Bah! Pero si es policíaca!” fue uno de los comentarios más repetidos) y dejaron de verla.

En su retorno no para de tocar fondo de audiencia, y mucho me temo que tendremos que dar gracias los pocos fieles que quedamos de poderla ver finalizar. Por si acaso, tengo la novela en la que se basa la serie en casa. Quizás sea la única manera de conocer el verdadero “the end” de la historia.

Y la que también está sufriendo “en sus carnes” las consecuencias de las altas espectativas es la propia Lost. Esta semana se ha llegado al ecuador de la última temporada y los ánimos entre los fans son bastante contradictorios. Los hay que la siguien confiando ciégamente en los guionistas, 'los Ilana o Hugo' de turno; y luego están los decepcionados que tienen continuas “crisis de fe”, 'los Richard o Ben'. Por último estan 'los Sun', a los que sólo les importa encontrar a “su marido”, o lo que sería lo mismo, que cada oveja acabe con su pareja porque lo que seria las otras temáticas de la serie hace tiempo que las dejaron de entender.

El problema de esta última temporada es precisamente que es la última. No paro de leer y escuchar comentarios del tipo: “Si no fuera un capítulo de la sexta temporada me gustaría, pero es de la última y faltan respuestas, así que no me gusta”. Quizás sea una valoración demasiado simplista de la serie, teniendo en cuenta que Lost es de todo menos simple. Posiblemente lo mejor sería dejarse llevar, no cuestionar nada y olvidarnos un poco de teorizar, pero después de 5 temporadas haciéndolo, es complicado quitarse el vicio. Por mi parte quizás hecho de menos mayores sorpresas, tanto narrativas (ese “The Constant”...) y de guión como visuales, algo que sí me dio la que para mi es la mejor temporada, la quinta. También creo que no le beneficia que los grupos estén tan divididos durante tanto tiempo y los capítulos se centren demasiado en un personaje, dejando constantemente de lado otros que anteriores temporadas habían sido su motor (no diré nombres, pero seguro que sabéis quienes son). En cambio, en cuanto a respuestas, creo que no va mal el tema, van dando unas cuantas por capítulo, aunque no todas tan explícitas como muchos querrían. Otra cosa es que nos gusten esas respuestas y/o nos decepcionen (lo siento, sé que a muchos les ha entusiasmado, pero a mi me decepcionó la historia de Richard, demasiado simple para lo místico del personaje). Mi punto de vista es curioso, puesto que además de lo que busca la mayoría, respuestas, quiero que el capítulo me lo haga pasar bien, me haga disfrutar y, de paso, me deje con la boca abierta. Yo no cambio emotividad y/o acción por respuestas. En todo caso quiero que las respuestas fluyan por si solas, sin necesidad de grandes flashbacks. Y me gusta esta sexta temporada, sólo que Lost se ha puesto a si misma la expectativas demasiado altas, y cuando ya has tocado el techo de la perfección, es casi imposible repetirlo. Y si no, que se lo pregunten al Barça de Guardiola.

¡Dr. House trabajó para Cruella DeVil!


Hace unos días, haciendo zapping, veo que están dando 101 Dálmatas, ¡más vivos que nunca!. De pequeña reconozco haberme visto esta película cientos de veces y me hizo gracia quedarme un rato echándole un vistazo y comprovando que aún me acordaba de buena parte de ella. Pero cuál es mi sorpresa cuando veo uno de los ladronzuelos contratados por Cruela... ¡pero si es Dr. House! La gracia es aún mayor teniendo en cuenta la pinta de pardillo con la que aparece en el filme...



Pero esto no deja de ser una muestra más de lo que muchos actores deben pasar hasta ser reconocidos, a pesar de su enorme potencial. Y es que para llegar a convertirse en el borde y a la vez entrañable doctor, además de trabajar para Cruela, Hugh también fue compañero de vuelo de Rachel Green, en Friends. Aunque cabe decir que aquí ya apuntaba maneras...



Siempre es curioso y divertido conocer el pasado de los que hoy son actores célebres. Así que si alguien está interesado en que indague y publique sobre los anteriores trabajos de otros actores, estaré encantada de hacerlo. Con que dejéis un mensaje en comentarios será suficiente.

sábado, 13 de marzo de 2010

Ben Linus, querido villano


A continuación presento un texto a medio camino entre el homenaje y el retrato psicológico de uno de los personajes más fascinantes de la ficción televisiva. Hacía tiempo que deseaba escribir sobre él, tal y como anuncié en post anteriores. “Dr. Linus” sólo me ha dado los últimos elementos que necesitaba para realizarlo.

***

“Y fue en esta isla donde todo cambió, donde todo quedó finalmente aclarado. Donde Napoleón se enfrentó a su mayor reto... porque su exilio no fue lo peor de su destino. Lo que realmente fue devastador para él fue la pérdida de su poder. Sí, le permitieron quedarse con el título de emperador, pero sin ningún poder, no significa nada. Le hubiese dado lo mismo estar muerto”

Creo que nada a esta alturas puede resumir la evolución de Benjamin Linus a lo largo de “Lost” mejor que esta lección Napoleónica dada por su alter ego, el Dr. Linus. Y es que en este capítulo hemos podido ver a Ben sin ningún tipo de máscara y hemos visto quién había detrás de ese villano maquiavélico, manipulador, mentiroso. Y sólo hay un hombre solo, incomprendido, decepcionado, triste y sinceramente arrepentido. Este cambio en Ben empezó -o lo empezamos a percibir- en el capítulo de “Dead is dead”, de la temporada pasada,-aunque en realidad todo fue diferente a raiz de la muerte de Alex- y culminó en el séptimo capítulo de la sexta temporada. A primera vista puede parecer un cambio brusco, o difícil de justificar, pero no, nada más lejos de la realidad. En la realidad alternativa vemos como hubiera sido su vida si no hubiera permanecido en la Isla. Y como el propio Michael Emerson describió, vemos a un Ben con los mismo rasgos, pero en diferentes proporciones. Y éste es el verdadero Ben. El maquiavélico de la Isla es producto del maltrato psicológico de su padre, de su lucha por integrarse en los Otros, de ser aceptado por ellos, matando incluso a toda la iniciativa Dharma para demostrarlo, de sentir que pertenece a la Isla -por eso sus mentiras a los 'losties' sobre su origen- y demostrar que él quiere más que nadie ese trozo de tierra... y demostrárselo a Jacob. Ben ha buscado toda su vida contentar a esa especie de semi-dios. Ha confiado en él ciegamente, pero Jacob ni siquiera se mostró ante él hasta el día del asesinato de la deidad. Ben confió que Jacob no permitiría la muerte de Alex (algo que ya ocurrió en el bíblico relato de “el sacrificio de Isaac”), pero no fue así, como dijo Widmore años atrás. Y fue este punto el que marcó un antes y un después en Ben. Le dieron a elegir entre su hija (porque aunque no sea biológica, creo que a día de hoy es difícil negar que no la considerara como tal) y el poder, la isla, y eligió lo último. Su arrepentimiento al respecto es la escena de ficción televisiva que más lágrimas me ha hecho derramar jamás. Ver a ese Ben seguro, el que siempre tenía un plan, derrumbarse ante Ilana... es imposible describirlo. Michael Emerson se merece sólo por esa escena todos los premios habidos y por haber, es insuperable. Dejo la escena en versión original, porque ver como se rompe su voz no tiene precio:





No puedo evitar preguntarme, quizás como el propio Ben, por qué Jacob no escoge a nuestro querido Linus de sucesor. Me da igual que ya hubiera sido tachado como candidato, ¿qué tal si lo reconsideramos? Nadie ha sacrificado más cosas por la Isla que él. Es más, puede que anteriormente sus ansias de poder y de dominio fueran negativas para el cargo, pero ahora no cabe duda que Ben ha cambiado, se merece otra oportunidad. Pero después de reconocer que lo que realmente había querido toda su vida era su hija quizás no sea la Isla su mejor regalo... Jacob aún tenía, según Miles, ciertas esperanzas en él, Ben ha demostrado mucho ¿Por qué no compensarle? Y aquí es donde parece la realidad alternativa tomar sentido, es la segunda oportunidad de Linus, una vida en la que la Isla apenas es un recuerdo de niñez, es un simple profesor ninguneado por su superior, aunque con mucho talento y buen hacer con sus alumnos, especialmente con Alex. Y en esta realidad, en la que sería más fácil escoger el poder, se decanta por Alex. Y pese a no conseguir el puesto de director se siente orgulloso de sus actos.

La redención de Ben ha sido alcanzada. Tarde o temprano el telón se bajará para el personaje que más momentos para el recuerdo nos ha dado. Ojalá antes de morir tenga como Juliet, una visión de su otra vida y pueda dejarnos con una sonrisa. La misma que a nosotros se nos dibujará al recordar frases como: “¿Tenéis un poco de leche?” o “¿Cuantas veces tengo que decírtelo John? ¡Yo siempre tengo un plan!”

Video homenaje realizado por la ABC tremendamente acertado:

lunes, 1 de marzo de 2010

La sexta de "El Internado": El puente hacia el final

La sexta temporada de “El Internado” acaba esta noche y a falta de saber lo que pase en este capítulo, es un buen momento para hacer balance. Y es que el sabor de boca final es un tanto agridulce... Ha habido ciertos detalles que han enturbiado esta temporada. A continuación expongo algunos de ellos:


Empiezo con el que considero “más grave”. Hace unos meses se nos reveló que los famosos archivos secretos apenas habían sido producto de la enajenación mental de Noiret y que por tanto, nada de lo que nos habían contado había pasado. Este hecho me molestó muchísimo. Se acerca bastante a aquel famoso final de “Los Serrano”, en el que todo era un sueño de Diego. Y todo esto, ¿por qué? Entre otras cosas para no meter la pata con la fuga de la serie de Ana de Armas. Bien, era previsible que eso pasara tarde o temprano, por tanto, deberían haber tenido un plan B. O lo mejor de todo, no haber hecho nunca esos Archivos. Desde mi punto de vista considero que le quitaban emoción a la serie al saber que todos sobrevivían, excepto Iván, que nunca salió. Es mejor (más suspense) el no saberlo, obviamente, pero desde luego fue un tema que no consiguieron resolver correctamente y que provocó cierta desconfianza ante el futuro de la serie y su supuesta planificación narrativa.

Bajada de ritmo, de suspense y aumento de la previsibilidad. Los primeros episodios de esta tanda de capítulos fueron demasiado simplones, apenas pasaba lo que Antena 3 emitía en la nota de prensa... Si esto fuera “Ana y los siete” daría igual, pero al tratarse de una serie de misterio lo que se espera es suspense y sorpresas. Y escasearon bastante. Parece que una vez sabido que los nazis estaban detrás de todo, no quedaban más temas misteriosos e intentaron liarlo todo un poco más... Con grandes huecos cubiertos con las trastadas de los niños, demasiados minutos para ellos teniendo en cuenta la bajada de ritmo que supone y la poca importancia de su trama (celebro que esta noche por lo menos puedan provocar una pandemia).

La comparaciones son odiosas y “El Internado” no debe intentar ser “Lost”, debe tener su propia identidad. Es por eso que me molestó mucho que capítulos atrás la serie nacional copiara plano por plano la escena de la escotilla isleña. No, no digo que “El Internado” no tenga derecho a tener escotilla con luz y todo, esto incluso lo puedo entender como guiño, si quieres. Lo que me molestó es que imitaran la escena por completo. No hacía falta que Marcos mirara por la escotilla como Locke y Jack y la cámara fuera bajando por el tubo y que por si fuera poco, fuera el final del capítulo. Por lo menos, que los productores y guionistas no nieguen que se vieron unas cuantas veces el final de la primera temporada de “Lost”... Por cierto, he buscado por youtube para poner la comparativa y no he encontrado la escena del internado... si alguien la encuentra, que me avise ;)

Sustos, sustos... ¿dónde estáis? Recuerdo aún la primera temporada, cómo me hacía estar en tensión... incluso se me quemó una tortilla siguiendo una escena... Ahora casi puedes ir al baño y volver que no ha cambiado demasiado la cosa. Sí, de acuerdo, los últimos episodios han sido trepidantes y con mucha acción. Los he disfrutado. Pero sigo echando en falta ese miedo a los desconocido. Todo es demasiado conocido ya. Y no, a mi Eva no me da miedo y no soy difícil de asustar. Prefiero puertas que se cierran solas aparentemente y cintas que se ponen en marcha por su cuenta. O mejor aún, ojos de Paula en blanco. Dicen que eso lo retomarán... El problema es que lo han dicho y me lo espero. Por tanto... ahora viene la siguiente queja...

Mutis!!!! ¿Aprenderán a no cargarse la emoción? Del capítulo de esta noche sé que mueren dos, que uno no es Roque ...¡Porque el propio actor lo ha dicho! Al final resulta que morirá la profe de danza que sólo ha dicho una frase en toda la temporada y el guardabosques... (celebraría que no fuera así, está claro) Y voy al último punto...

¿Por qué ese miedo a matar personajes principales? De los importantes, creo que sólo Cayetano fue muerte sorpresa y hablo de la 1ª temporada. El resto, crónica de una muerte anunciada: el supuesto “muertohastaquenadiedigalacontrario” Luis Merlo, que lo dejó por hacer teatro y descansar y Ana de Armas, por dar el salto hollywoodiense (por cierto, ¿alguien ha notado su ausencia? Nunca pensé que sería un personaje tan sumamente prescindible...). El resto, secundarios. Necesito padecer por los protagonistas, pero como nunca les pasa nada sin previo aviso por radio patio, pues estoy impasible. Sólo sufro por Fermín, las cosas como son, pero porque si se lo cargan, la vidilla de acción de la serie se va al traste. Nunca pensé que el cocinillas llegará a ser tan esencial. Bueno, y aquí ya opinión personal, Iván, que como mínimo intentó cargarse a su padre (ay... si los guionistas hubieran permitido que ni que fuera le diera en el hombro...). Y hablando de su padre, un Noiret venido a menos le quita la gracia a la serie. Noiret ha de ser un cabronazo y no el segundo de Hugo, que no acaba de colar como malote...


En fin, ésta es mi visión de lo que ha sido la sexta temporada de “El Internado”. Realmente es una serie a la que le tengo cariño, pero que dado el bajón, sólo espero que la séptima temporada nos dé un final digno a esta serie, la que pudo ser y que por culpa de convertirse en gallina de los huevos de oro y ser alargada hasta la saciedad, no lo será. Lástima.