sábado, 5 de febrero de 2011

Mossos latinos, catalanes franceses y viceversa


Hace unos días, un vídeo con un fragmento de CSI consiguió salir incluso en los telediarios nacionales. ¿El motivo? Aparecía un Mosso d'Esquadra, eso sí, hablando con acento latino. En la mayoría de espacios informativos se criticaba que el actor escogido fuera latino y no español. Particularmente, ya puestos, hubiera preferido que directamente saliera hablando catalán, para ser más “realistas”. Pero creo que en realidad lo realmente criticable de la aparición estelar del Mosso es que lo definieran como la “policía de Barcelona” (pobre Guardia Urbana) y que la protagonista hubiera tenido contacto con esta unidad policial en Madrid (¿¿??). Puestos a reclamar rigurosidad a una serie, creo que esto es más grave que no el hecho de que el personaje hable con acento latino, ya que en una frase se ha recurrido a varias mentiras que podrían ser fácilmente contrastables simplemente entrando en wikipedia. Mientras que, que queréis que os diga, no debería ser tan raro que alguien de origen latino residente en Catalunya se quisiera hacer Mosso, ¿no?

El vídeo en cuestión. Es en catalán, pero creo que lo básico se entiende:



No es la primera vez que la meca del cine y de la televisión hace referencia a España en alguna de sus producciones, aunque muchas veces acaba metiendo la pata. Aún se recuerda la Semana Santa con San Fermines y Fallas (3x1, ¡oferta!) de Misión Imposible 2 o la reconstrucción de una irreconocible Madrid tercermundista y anclada en el siglo XIX de la serie Undercovers. Es como si costara informarse un poco y dejarse de tópicos. Aún tendríamos que agradecer a Mediapro que hiciera recapacitar a Woody Allen y no hiciera al protagonista de Vicky Cristina Barcelona torero... (¡Ay Dios!)

El vídeo de Undercovers. Lo bueno empieza sobre el 01.40. En el minuto 02.00, aparición estelar de un limpiabotas de principios del siglo XIX (¿viajes en el tiempo? Será eso...).



Ahora, la producción patria tampoco se libra de los tópicazos respecto a los extranjeros. ¿Que se necesita un mafioso? Ruso... bueno, no, un español haciendo un presunto acento ruso. ¿Un ligón? Argentino o en su defecto, italiano (estos suelen ser más “de verdad”, se ve que hay más “stock”)¿Que se necesita un francés? Pues con que un catalán cambie las "R" por "G"y se haga el “finolis” es suficiente... y eso que el "stock" lo tenemos medianamente cerca. Y es que somos propensos a criticar que en USA siempre se utilicen a latinos para hacer de españoles (¿problemas de “stock” o incultura pura y dura?), pero ¿acaso vosotros no os habéis empezado a reír cuando habéis visto a actores españoles impostando los acentos más diversos?

En definitiva, de todo esto se pueden sacar dos conclusiones:

- Cuánta incultura hay en el mundo
- La pela es la pela... aquí y en la China popular. Y si no hay dinero para contratar uno auténtico, pues para eso están las imitaciones, made in China... o de dónde sean.

Y una aclaración para acabar, por si acaso:

No, aquí no vamos todo el día con el traje de “faralaes”, ni son todos los tíos toreros, tampoco vamos cantando flamenco ni haciendo zapateaos por la calle... pero ¡tampoco llevamos gorros mexicanos!

He dicho.

viernes, 28 de enero de 2011

Fringe, sin límites

Somos muchos los que cuando Lost finalizó nos sentimos un poco huérfanos, ya que echábamos de menos nuestra dosis semanal de ralladas y teorías. Pero en ningún modo buscaba una serie clon, quería algo diferente, pero que me enganchara y me hiciera pensar y a la vez pasar un buen rato. En el verano del 2010 hice un pequeño repaso de las series del momento y me llamó la atención una de la que decían que había conseguido crear su propio universo, su propia mitología, y que además era del mismo creador de Lost, J.J. Abrams. Esa serie era Fringe.

El piloto de la serie me pareció excepcional, más cercano a una película de tipo thriller que a una serie. Eso me entusiasmó y continué el visionado de la primera temporada. Tengo que reconocer que los episodios siguientes no acababan de engancharme, seguía demasiado el prototipo de serie “procedimental” y dependía en exceso del caso expuesto para que el capítulo me gustara más o menos. En aquel momento la hubiera dejado sin más, pero no dejaba de oír que la sería se transformaba al final de la temporada y que luego sólo hacía que mejorar. Así que la continué. A falta de una trama que me acabara de enganchar de verdad, le empecé a coger cariño al “científico loco” Walter Bishop y se convirtió en un motivo más para verla. Pero llegó un día en que empecé a vislumbrar lo grande que podría llegar a ser Fringe si se lo proponía. Ese momento fue cuando vi los últimos minutos de la primera temporada. Si la irrupción de los universos paralelos no era suficiente, lo que me entusiasmó de verdad fue el método con el que nos lo hicieron saber. Me pareció un recurso brillante y valiente por parte de los guionistas que me dejó absolutamente KO. A sus pies por el atrevimiento, sí señor.

A partir de ahí mi interés fue creciendo a la misma velocidad con la que la serie iba dejando de lado su lado más procedimental para entrar de lleno en una trama compleja que acababa impregnando la mayoría de casos... y de personajes protagonistas. De repente nada era casual y todos los personajes se volvieron imprescindibles. Empezó siendo Olivia especial, pero pronto se pudo empezar a ver que Walter y, especialmente Peter, tenían un papel más que clave en la historia. Y ahí llegó el momento “enganche”. A partir del capítulo “Peter” la serie empezó a crecer y crecer... y lo mejor de todo es que hasta la fecha, no ha parado de hacerlo. Especial mención para el capítulo “White Tulipe”, al que considero, salvando las distancias, “La constante” de Fringe. Un capítulo en el que quizás la trama no avanza demasiado, pero que me pareció de una gran belleza y emotividad, en especial en lo que a Walter se refería.

El final de la segunda temporada no fue tan impactante como el de la primera, pero el “shock del qué pasará” era mucho más fuerte que entonces. Y... si hasta ahora he intentado no tocar a fondo las tramas por si leía alguien que no la seguía, recomiendo que éstos dejen de leer porque necesito explicar algunas de ellas y meteré, por tanto, algunos spoilers... sólo les diré una cosa más: dadle la oportunidad y no os arrepentiréis, en estos momentos la tercera temporada sólo merece un calificativo: espectacular. No sé hasta dónde puede llegar, sólo sé que ya no tiene límites. (Si queréis, podéis seguir leyendo en el último párrafo, ya nuevamente libre de molestos spoilers)


Como iba diciendo... Ver a Olivia encerrada en el universo paralelo, ante un Walter Bishop que mucho dista del “nuestro”... y saber que la que había vuelto a nuestro universo era la otra Olivia, a la que denominaré a partir de ahora “Zorrivia”... ¡cuánto dista esta trama de la primera temporada! La ciencia-ficción (de la buena!) ha explotado en la serie. La tercera temporada ha mezclando la acción de los dos universos, con sus Olivias intercambiadas, con cabeceras que cambiaban de color según el universo (como me gusta este detalle), con un Peter saliendo con la Olivia equivocada (¡rabia, rabia!), con esos pequeños detalles que marcan la diferencia entre universos (las Torres Gemelas en pie, un Kennedy que sigue vivo, un edificio de Gaudí en pleno NY, el musical de “Dogs” en vez de “Cats”, zeppelines por doquier...). A la misma vez ésto ha venido de la mano de la multiplicación por dos de la mayoría de personajes, los cuales aún parecer iguales, están llenos de matices que los diferencian. En este aspecto han dado la talla especialmente el actor que interpreta a Walter Bishop (John Noble simplemente se sale, ¿para cuando una nominación a los Emmy?) y Anna Torv, quien interpreta a Olivia, que particularmente me encantó en el capítulo en el que una vez vuelve a su universo, se derrumba al ver como “Zorrivia” le ha usurpado su vida. Ese momento es uno de los que más me ha impactado... y es que no me puedo imaginar lo duro que debe ser que alguien haya estado viviendo tu vida: habitando tu casa, poniéndose tu ropa... y teniendo la relación amorosa que tu apenas habías podido iniciar. Y es que a estas alturas los dramas personales de los protagonistas están sumamente ligados a la trama principal de la serie y eso no hace más que enriquecerla, ya que si un episodio parece en un principio ser un procedimental más, los personajes siguen creciendo y mientras lo hacen, de rebote lo hará la trama central. En el último capítulo que he visto los Observers -esos seres de los que aún nos tienen mucho que explicar- han puesto una prueba a Walter: ¿será capaz de sacrificar a su hijo, ese por el que empezó “todo” por no dejarlo morir? Me temo que no tardaremos en descubrirlo...

Me gusta que las series consigan enlazar con maestría la trama principal con los conflictos personales, ya que creo que es la única manera de sentir empatía por ella, de engancharse. Por eso me gustaba Lost, por sus personajes, aunque fueran sus misterios los que aparentemente me enganchaban. Y en el caso de Fringe, tres cuartos de lo mismo. La serie, aún teniendo igualmente la misma trama de “guerra de universos”, no sería lo mismo sin los dramas del trío protagonista: Olivia, Walter y Peter.

Fringe no ha desbancado, ni creo que lo haga, a Lost, que sigue presidiendo orgullosa mi podium particular de series en la categoría drama, ya que para mi siempre será la serie más completa (en muchísimos términos) y adictiva. Pero Fringe se está convirtiendo en algo muy grande y aunque mucha gente ni la conoce, acabará siendo una de las grandes. Lo presiento, lo sé.

martes, 25 de enero de 2011

Lost. Ahora, La Enciclopedia


Uno de los regalos que me cayeron en los pasados Reyes fue “Lost. La enciclopedia” y ansiosa de mi, no he tardado en hincarle el diente. A día de hoy, pese a que sólo llevo leída una décima parte del libro, ya tengo formada una primera impresión al respecto.


El principal punto fuerte es básicamente que se trata de la enciclopedia oficial, y por tanto, la información no son elucubraciones de fans, si no detalles 100% fieles a la historia. En ella podemos encontrar artículos sobre los más variados objetos que aparecen la serie, capítulos sobre los personajes principales o incluso sobre los muy secundarios que casi nadie recuerda de memoria. Además todo se explica desde un punto de vista original, desde dentro de la serie. Así, por ejemplo, de la Roca Negra se escribe que “hay registros que indican que se trataba de una fragata de madera”, lo que hace que no pueda evitar sonreír ante este tipo de frases. Cualquiera diría que los protagonistas consultaban este libro cuando “se perdían”.


Pero si nos basamos en la cantidad de información que contiene, realmente la lostpedia, la enciclopedia online más conocida de la serie, la supera de calle. Ahora, tal y como se explica en el prólogo, escrito por Carlton Cuse y Damon Lindelof, lo más interesante de este libro es que está escrito con los datos con los que se movían los guionistas (la famosa “biblia” de la serie). Y copiando el paralelismo que ellos utilizan, si la serie es un iceberg, nosotros sólo hemos podido visionar la parte que sobresale del agua y aquí podemos encontrar también lo que queda debajo de ella, esa parte que se presupone en la serie pero que nunca se explicó de forma explícita. No se trata de respuestas a grandes preguntas, ni siquiera datos que cambien la percepción de la historia, si no pequeños detalles que aclaran algunas lagunas de la historia. Partiendo de ello he podido saber que quién decidió hacer la Purga fue Charles Widmore (y no Ben, aunque colaboró, obviamente, y mató a su padre) debido a que los miembros de Dharma se saltaban las condiciones de la tregua día sí, día también; cuáles eran las famosas reglas entre el propio Widmore y Ben; el papel exacto que ocupó Annie en la vida de Linus; o que absolutamente todas las apariciones del padre de Jack eran en realidad del Hombre de Negro. Yo, amante de los detalles, agradezco esta información, aunque ciertamente no dejan de ser cosas que más menos se pueden sobrentender en la misma serie, pero que nunca viene mal confirmar. Por tanto, si eres alguien para quien la serie acabó el 23 de mayo y no deseas saber más, es posible que no te guste que te cuenten o afirmen esas cosas ahora y podrás seguir viviendo “tranquilo” sin saberlo, ya que no te pierdes nada fuera de lo normal. Ahora, para personas curiosonas como yo, les satisfará poder encontrar entre un resumen de personajes y objetos importantes de la serie, detalles que no conocía. Da la sensación que Lost no acabará nunca, que siempre quedará algo por saber y llamadme masoca, pero eso es algo que me encanta. Supongo que es lo que tiene echar de menos una ficción de esas dimensiones.


Pese a todo, la enciclopedia también tiene ciertos fallos. Para empezar el “presunto” orden alfabético de su contenido. Resulta que para no variar el diseño de las páginas originales, han decidido conservar el orden inglés, pero poniendo los nombres en castellano, lo cual es un lío para encontrar según que artículos. Quizás hubiera sido mejor por lo menos poner los nombres en inglés y en paréntesis en castellano, para que todo siguiera una lógica. Por ejemplo, si buscas el artículo sobre la Roca Negra, lo tienes que buscar por la B de “Black Rock”. Al final del libro hay un índice que te ayuda a localizar dónde está cada cosa, pero al principio resulta extraño ese “orden alfabético”.


En segundo lugar he encontrado ciertos errores “históricos” de la serie. Por ejemplo, en uno de los artículos dice que el accidente se produjo el 22 de septiembre del 2005 (!!!!!) o se califica de “años” y no días o semanas el tiempo transcurrido entre el momento en que Richard quiso suicidarse con dinamita en la Roca Negra y cuando Hurley hizo estallar por los aires el barco. Son gazapos que cantan un poco y no sé si la culpa es de los traductores, que se les fue la mano (aunque en una fecha hay poco que traducir...), o en el original ya aparecían. Sea como sea, esperaba una edición algo más cuidada en estos aspectos.


Para finalizar, debo decir que éste es el primer libro que leo que sigue las nuevas normas ortográficas de la RAE (esas que no acentúan el “éste” que he escrito hace un momento, o el “sólo”). Cada vez que leo una palabra de éstas (sí, soy del grupo rebelde que seguirá acentuándolas) me dan ganas de llamar a la RAE y preguntarles qué se han tomado para canviar las normas ortográficas. Bien, este punto no es culpa de nadie relacionado con el libro pero como dicen en el programa satírico catalán Polònia: “Ho sento, però algú ho havia de dir” (Lo siento, pero alguien tenía que decirlo).


En definitiva, dejando de lado estos últimos puntos, tengo que decir que la lectura está siendo satisfactoria y divertida, y me está dando ganas de revisionar la serie para poder fijarme en esos nuevos detalles que la enciclopedia me ha aportado. Si alguien más se anima a leerla, ya me dirá que le parece.


miércoles, 5 de enero de 2011

A la atención de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente

Queridos Reyes Magos,

Este año he sido muy buena y he intentado cumplir todos los cánones de toda persona freak del cine y las series. Vi el último capítulo de Lost a las 6 de la mañana sin dormir y con los pésimos subtítulos de Cuatro, he completado mi colección de Friends de las 10 temporadas, he comprado merchandaising freak de series por amazon, he empezado a ver nuevas series que me están gustando mucho, como son Fringe, Modern Family y The Big Bang Theory, he ido a Nueva York y me he comprado una taza de Central Perk, además de visitar el edificio de la serie, en el avión (entre turbulencia y turbulencia) vi una peli sin subtítulos de Jennifer Aniston (Exposados) y Toy Story 3, además de un capítulo de Los Tudor. En el cine me he dejado atrapar por películas como Sherlock Holmes, Origen y La Red Social... Espero que no me traigáis carbón por no haber frecuentado demasiado las salas de cine este año, pero a mi favor tengo que decir que he intentado ver los mejores títulos.

Espero que tengáis en cuenta lo bien que me he portado este año 2010 y para 2011 me traigáis una gran cantidad de películas y series buenas, que no me cancelen ninguna (¡Salvad a Fringe!) y que la serie de O'Quinn y Emerson que espero con ansia finalmente se realice y se estrene con gran éxito de audiencia.

Muchas gracias por adelantado,

Con afecto:

La autora de este blog


PD: seria fantástico que pusiérais en mi vida un Ross (en su defecto, me vale un Chandler o un Joey) o un Leonard... o un Peter....o incluso un Sawyer o un Jack... mmm no, un Jack no, que es demasiado sufridor, mejor un Charlie...o un Faraday, o.... que os voy a explicar, ya me conocéis ;)

domingo, 26 de diciembre de 2010

Ley Sinde: Ya basta de hipocresía


Llevo varios días escuchando y leyendo opiniones varias alrededor de la controvertida ley propuesta por la ministra de cultura, y no he dejado de “flipar”. A todos los que defienden esta ley les haría una simple pregunta: ¿Me juraría que jamás se ha bajado nada de internet o visionado algo sin pagar por ello? Porque obviamente todo el mundo tiene derecho a opinar lo que quiera (¡sólo faltaría!), pero me enciende ver esa falsa dignidad y mirada por encima del hombro de “yo siempre descargo en itunes o compro dvd's”. Sí, claro, y las vacas vuelan.

Dejando de lado esto, considero que el tema de fondo es muy complicado y esta ley es completamente absurda, puesto que no tiene en cuenta los tiempos que corren. La sociedad está muy avanzada tecnológicamente y no se pueden poner medidas de hace 20 años: cerrar webs como quien cierra tiendas que venden productos de contrabando. Primero porque podía ser un precedente muy peligroso (¿se podría utilizar para cerrar webs “molestas” o no “políticamente correctas” con la excusa de incluir un enlace “no deseado”?). Y segundo, porque el internauta es más listo y encontraría la manera de seguir consiguiendo ese material (si un blog no tiene publicidad, y por tanto no se lucra, puede colgar una peli o serie sin problema, ¿no? Porque se ve que el problema es sólo lucrarse con ese material, según dicen...).

Para empezar, debo decir que la base de la defensa de los derechos de autor la comparto, ya que realizar un disco, una película o una serie vale mucho dinero. Pero puede que no tanto, en proporción, como lo que vale un disco (20 euros) o ir al cine (7,50 un festivo en Barcelona, porque te vas a los alrededores y sorprendentemente el precio varía algunos euros y es la misma cinta) y ahora que la gente ha descubierto la fórmula de conseguirlo gratis, es difícil cambiar esa mentalidad. Por tanto la reforma tendrá que ser muy profunda, meditada y estudiada y nunca responder a presiones de la SGAE, como mucho me temo está ocurriendo ahora.

El caso del disco lo considero algo menor que el de la industria audiovisual, ya que siempre quedarán los conciertos, puesto que en el negocio del soporte físico de la música los que pierden son sobretodo las discográficas. Yo suelo comprarme discos de cantantes o grupos que me gustan mucho y por tanto ese dinero resulta bien invertido. Pero nunca me compré en el pasado ni me compraré ahora ni nunca un disco por una canción. Simplemente lo que antes gravaba en cassette de la radio, ahora lo bajo de internet. Ni les regalaba el dinero antes y ni se lo daré ahora. Además, en este campo han surgido un par de respuestas -en un principio- legales, buenas e interesantes: por un lado está Itunes, portal donde comprar canciones a buen precio avalado por la marca de la I más popular del momento y que conlleva un éxito asegurado. Y si aún no ha despegado del todo, sólo es necesario que se convierta en algo tan moderno e indispensable como tener un Ipad, un Iphone o un Mac, chucherías electrónicas por las que la mayoría daría (y da) buena parte de sus ahorros sin rechistar (¡ojo! Que yo también me pirro por un Iphone, pero eso no quita que no me considere a mi también víctima de las modas en electrónica). La segunda gran propuesta (y aunque sé que hay otras similares, ésta es la que conozco) se encuentra Spotify, una web para escuchar la música que quieras gratis con la única condición de tragarte publicidad. Una especie de radio personalizada, en definitiva. Y si la quieres sin interrupciones, has de pagar una subscripción. Me parece una idea brillante si la página funciona tal y como la entiendo, ya que el consumidor no ha de pagar en un principio, la página se beneficia por la publicidad y los derechos son cobrados por sus autores. La única pega es que desde un MP3 no se pueda acceder (desconozco si a través de un reproductor con internet se puede acceder, posiblemente sí, ya que creo recordar que había Spotify para móvil). Puede que por aquí puede andar el futuro lógico de la música, y por tanto señores, la música no desaparecería. Y en cuanto a soporte físico se refiere, imagino el disco relegado a la altura del vinilo, convirtiéndose en un soporte para coleccionistas y melómanos.

El caso del cine y las series es más complicado, porque aquí no han salido alternativas interesantes y por tanto habría que rascarse un poco más la cabeza en busca de ideas. Sí que es verdad que el auge del formato 3D es una respuesta a la piratería, ya que en un principio es algo de lo que se sólo puedes disfrutar en el cine, de ahí que la película más vista de este año sea Avatar, ya que la (única) gracia de este largometraje era ver sus espectaculares efectos en tres dimensiones. También es curiosamente la más descargada, en respuesta me imagino a la gran expectación que trajo consigo el último trabajo de James Cameron.

Producir una película es algo muy caro (millones y millones), y estoy de acuerdo en que aquí el consumidor no debe ser tan pillo. La crisis del sector está afectando ya a la producción de grandes títulos como la nueva de James Bond (parada indefinidamente cuando se estaba a punto de empezar a rodar) o la siempre aplazada precuela de El señor de los anillos, El Hobbit, aunque parece que aquí finalmente el rodaje es casi inminente. Para mi el placer de ver una película en el cine es insustituíble, es un acto social sin el que no concebiría mi vida. Pero creo que hay mucho abuso en precios en taquilla, y en época de muchos estrenos, no te puedes dejar tanta pasta en el cine, y menos si vas con toda la familia (multiplicad si por ejemplo van 4 miembros a ver la misma película). Debería haber un ajuste de precios, equiparar los precios de ciudad con los del extraradio ya me parecería genial.

Pero, aún con esta medida, puede que la peli se te haya pasado, o simplemente quieras ver un clásico de los años 50. ¿Qué haces entonces? Porque no te vas a comprar un dvd original sin saber si esa película te gusta. La podrías alquilar, pero resulta que los videoclubs, ese lugar que era de obligatorio el peregrinaje semanal para mi, han desaparecido prácticamente. Pues la buscas por internet, ni más ni menos. Porque la red te ofrece la posibilidad de acceder a títulos muy conocidos, pero también a los grandes clásicos e incluso a películas nunca editadas en España (en este aspecto, yo ya he visto unas cuantas...). Y eso, ¿no es cultura? ¿A qué estamos esperando para proteger un acceso tan fácil a la cultura como éste? Sí, nos olvidamos de los derechos de autor, lo sé. ¿Pero no habría una forma de hacer compatibles las dos cosas? Antes de responder, a ello, continuaré con otro tema del mundo audiovisual.

¿Qué hay de las series? En los últimos tiempos hay un boom increíble en este aspecto y sin duda, aparte de a la calidad de muchos de los últimos títulos, hay que deber este tema a la red. Ella ha permitido que mucha gente conozca y siga series como Dexter, Como conocí a vuestra madre, Fringe, The Big Bang Theory... y Lost. Sí, Lost es el mejor ejemplo. Serie maltratada en su día en televisión con contínuos cambios de día y hora que se convierte en un fenómeno de masas en internet a nivel mundial, cuyos seguidores crecen día a día... y tal es el revuelo que otra cadena decide emitirla años después, provando con mayor o menor acierto la emisión a la semana del estreno e incluso la emisión simultánea con EEUU en el capítulo final. ¿No es eso una auténtica revolución del sector audiovisual? ¡Antes tardaban incluso años en estrenarse las series del otro lado del charco! Además, ¿quién me negará que el 90% de los dvd's que se han vendido de esta serie no son de fans de Lost que han seguido la serie en la red? ¿Quién decía que internet no daba dinero al creador? ¿O es que acaso se quiere poner freno a la llegada de las producciones estranjeras porque pueden dejar en ridículo a alguna española? (espero que no sea ésta la razón, todo sea dicho, porque sería directamente ruin). Vivimos en una sociedad globalizada, donde lo que escribimos en la red lo pueden ver al segundo en todo el mundo, por tanto, no se puede pretender que la programas emitidos en Estados Unidos no lleguen en cuestión de horas a nuestro país.

¿Qué hacer por tanto? No soy experta en tecnologías, ni en enformática, ni en derecho, ni posiblemente en nada de lo que estoy hablando. Soy una simple usuaria de la red y amante de la música, el cine y la series. Pero me cuesta creer que no haya una solución para esto. ¿Quizás una especie Spotify de cine y series donde visionar material audiovisual gratuitamente a cambio de alguna interrupción publicitaria? Megaupload ya pone el límite de los 72 minutos, yo casi prefiriría 10 minutos de publicidad, lo que daría beneficios a la web y se podrían pagar también los derechos de autor. No sé si es factible o no, pero quién sabe. Quizás alguno de nosotros tenemos la solución para poder seguir disfrutando de la cultura fácilmente, sin más costes de los justos y necesarios, en el que todos ganemos, creadores y público, y así poder seguir escuchando música, viendo películas y disfrutando como enanos de las mejores series por siempre.

domingo, 24 de octubre de 2010

Dejándoles ir (especial de Lost en FOX)

Durante las 48 horas de este fin de semana, la cadena FOX mantiene colgado en su web un especial de Lost titulado: Letting go (Dejándoles ir: reflexiones sobre un viaje de seis años). Se trata de un pequeño reportaje de algo más de 38 minutos que recoge diversos momentos del rodaje de la serie, especialmente del episodio piloto, narrados por varios de sus actores, productores y directores poco antes de abandonar Hawaii.

Considero que es un emotivo homenaje a la serie, lleno de melancolía y bellos paisajes, muchos de los cuales, incluso vacíos de escenografía, evocan una gran cantidad de recuerdos en el espectador (la imágenes desde el helicóptero son preciosas). Tengo que reconocer que los especiales del tipo “Como se hizo” o cualquier reportaje que recoja pensamientos y sensaciones del equipo de una serie o película siempre me suelen interesar, me encanta saber que se cuece detrás de las cámaras. Por eso este especial, que mezcla un poco todo esto, me ha gustado y lo he disfrutado. Hace meses que no veo un capítulo de Lost (aunque tengo en mente un revisionado), pero después de ver este especial, me han entrado unas ganas inmensas de empezar pronto a vivir de nuevo esa gran aventura.

No deja de ser curioso que una serie llena de misterios, acción y aventuras, finalmente acabe calando en el espectador por su vertiente más emocional. Todos nos hemos sentido, aunque sea metafóricamente, encerrados, sin encontrar la salida, solos, perdidos. Y es justo en ese momento cuando sale tu otro yo, tu espíritu de superación, de rebeldía, tu valentía, y has salido adelante. Por eso creo que es una serie que ha conectado en el espectador a un nivel más emocional. Mientras los “losties” hacían su particular viaje de 6 años, el espectador paralelamente hacía otro. Ahora esos caminos se separan y este especial de FOX supone el broche final de ese viaje. Ese álbum de fotos que remiras cuando te entra la melancolía por lo que pasó y no volverá, mientras de fondo, suena un poquito de Giacchino...

Especial Perdidos en FOX: Dejándoles ir

martes, 17 de agosto de 2010

Origen, el sueño de todo cinéfilo

En el cine aún hay lugar para la sorpresa, para la originalidad
En el cine aún hay lugar para la sorpresa, para la originalidad, para superar los límites de la imaginación. Ese lugar se llama Origen y el mago que la ha llevado a cabo se llama Christopher Nolan, el autor de la aclamada El caballero oscuro. Con ella, Nolan ya consiguió romperme los esquemas del género de los súper héroes, y debido a mi fascinación por esta película, tengo que reconocer que ante Origen iba con las expectativas tremendamente altas. Demasiado, incluso, y por tanto, el miedo a la decepción también era muy grande. Pero en el mismo momento en que me vi sorprendida por ese final, y trataba de asimilar lo que había visto desde mi butaca del cine, ya supe que el viaje había valido la pena. Estaba completamente fascinada e impresionada.

Origen es un desafío para la mente, aunque accesible para todos aquellos que decidan sumergirse en la historia, dejarse llevar e intentar comprender las múltiples explicaciones que se realizan. Porque lejos de ser un filme ininteligible, Nolan consigue que el espectador caiga inevitablemente en las redes en la narración casi sin darse cuenta y que las dos horas y media de metraje pasen más rápido de lo esperado. Si bien, es cierto que al final de sus 150 minutos el cerebro está completamente exhausto y puede que a más de uno que sólo va al cine a entretenerse y no pensar, no le entusiasme demasiado la idea. Pero el esfuerzo mental vale la pena y compensa completamente la satisfacción que se siente al haber presenciado uno de los mejores espectáculos visuales nunca visto.

Y es que Origen es realidad y sueños, muchas capas de sueños. Es el lugar en el que el slow motion es mucho más que un efecto visual, es una forma de representar una realidad que da lugar a una de las mejores escenas nunca vistas de gravedad cero. Donde la línea entre sueño y realidad está tremendamente difuminada. Donde los sueños se pueden crear, deformar y robar. Es el lugar en el que habita el miedo a perder a la persona que amas, en el que preferirías vivir en el sueño, pero sabes que pese a que la realidad sea tremendamente cruel, simplemente es cierta. Es imágenes inimaginables. Es un elenco interpretativo inmejorable, con un Leonardo DiCaprio absolutamente brillante. Es dejarse maravillar por su banda sonora y tararear Edith Piaf hasta la saciedad. Es tener miedo a dormir, por lo que pudiera pasar, y desear tener un totem, por si las moscas. Es decidir e interpretar si cae o no cae.

Origen es muchas cosas, pero ante todo, Origen es un sueño hecho cine.